Exhibición individual en el Centro Cultural Recoleta, 2019.
Tengo la necesidad de encontrar un espacio para explorar lo que vengo laburando intuitivamente en mi práctica como pintor de interiores, donde pueda relacionar esta con la de de pintor de caballete. Encontré un diálogo visual -de la infinidad posible- entre mi práctica pictórica y mi trabajo remunerado. Desde el oficio, generar una composición nueva a partir de condiciones cambiantes en cada espacio es distinto. Las piezas son momentos mágicos detenidos en el tiempo de un trabajo invisibilizado.
Texto de sala por Alejandra Aguado, Pablo Siquier y Juliana Iriart.
Exhibición individual en el Centro Cultural Recoleta, 2019.
Tengo la necesidad de encontrar un espacio para explorar lo que vengo laburando intuitivamente en mi práctica como pintor de interiores, donde pueda relacionar esta con la de de pintor de caballete. Encontré un diálogo visual -de la infinidad posible- entre mi práctica pictórica y mi trabajo remunerado. Desde el oficio, generar una composición nueva a partir de condiciones cambiantes en cada espacio es distinto. Las piezas son momentos mágicos detenidos en el tiempo de un trabajo invisibilizado.
Texto de sala por Alejandra Aguado, Pablo Siquier y Juliana Iriart.
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